martes, 12 de mayo de 2015

INTRODUCCIÓN.-Un poco de historia nunca viene mal.

Todo comenzó cuando...

1.1. Historia:
  Dentro del universo ficticio creado por J. R. R. Tolkien y que aparece en novelas como El Señor de los Anillos o El Silmarillion, existen varias lenguas élficas. Tolkien, filólogo de profesión, dedicó numerosos años al desarrollo de estas lenguas.
También creó un sistema de escritura denominado tengwar que puede ser utilizado para escribir tanto para lenguas ficticias y no ficticias.
Entre las lenguas élficas que más desarrolló están:
El quenya, hablado por los Altos Elfos, y su antecedente el qenya.
El sindarin, propio de los elfos grises, y su antecedente el noldorin.
El quenya (pronunciado /AFI: ['kwɛɲa]/); también llamado qenya, quendya, alto élfico, alta lengua, lengua antigua, lengua de los elfos de Valinor y otras denominaciones es, junto con el sindarin, el idioma más difundido y estudiado de las más de quince ideolenguas que, con distintos grados de detalle, fueron inventadas por el escritor y filólogo británico J. R. R. Tolkien y usadas en su legendarium. El corpus de textos que constituyen las fuentes de conocimiento actual sobre el quenya incluye el poema «Namárië», conocido como «El lamento de Galadriel», el texto original más extenso en esta lengua, extraído de la obra capital de Tolkien: El Señor de los Anillos.

Se conoce la existencia del quenya al menos desde la Primera Guerra Mundial, cuando Tolkien tenía poco más de veinte años. La lengua fue desarrollada a lo largo de toda la vida de Tolkien, alcanzando la etapa que algunos estudiosos llaman «madura» a partir de la redacción de El Señor de los Anillos.
Tolkien quiso dar una apariencia de lengua clásica al quenya, de manera que trató de que tuviera una semejanza visual con el latín, cosa que consiguió en cierto modo usando una forma característica de transcribir el quenya a nuestro alfabeto. Los dos inspiradores del quenya son pues el latín, y el finés, siendo posible también alguna influencia del galés y del griego, como en el caso genitivo plural -on y el nexo nai (‘que’), posiblemente del griegona. Todas estas influencias no fueron en ningún modo directas; no generaron vocabulario, por ejemplo. Más bien se trata de una inspiración estética muy fuerte en Tolkien, «fonoestética», según el propio Tolkien.


1.2. AUTOR:

  Hijo de padres ingleses, vivió en Sudáfrica hasta la muerte de su padre en 1896, año en que se trasladó con su familia a Inglaterra. Estudió en Oxford, y mostró muy pronto un vivo interés por la filología y las antiguas sagas y leyendas nórdicas. Tras participar en la Primera Guerra Mundial enseñó primero lengua inglesa en la Universidad de Leeds. Profesor de lengua y literatura anglosajona en la Universidad de Oxford, se especializó en la época medieval.
Tras publicar algunos ensayos (Sir Gawain y El Caballero Verde, 1925; Beowulf, 1936), inició la creación de una personal mitología inspirada en la saga artúrica y en la épica medieval anglosajona, plagada de elementos fantásticos y de seres y mundos imaginarios. Así, la novela El Hobbit (1937) narra las vicisitudes de un pueblo apacible y sensato que vive en un mundo llamado Tierra media, junto con elfos, duendes y magos
El hobbit fue el punto de partida de un ambicioso ciclo épico que se concretó en la trilogía de El Señor de los Anillos (1954-1955). Dirigida a un público adulto, la obra de Tolkien encontró a mediados de la década de 1960 una gran acogida, hasta el extremo de convertirse en libro de culto y dar lugar a un género en alza, la «alta fantasía».
La actividad de J. R. R. Tolkien como novelista es inseparable de la del filólogo. Su goce intelectual por las lenguas antiguas (conocía el griego, el anglosajón, el medio inglés, el galés, el gótico, el finlandés, el islandés antiguo, el noruego antiguo, el alto alemán antiguo) lo llevaba a crear sonidos y a inventar lenguajes, siguiendo un método rigurosamente filológico


1.3. CINE Y ACTUALIDAD:
 Debido a la fama de El Señor de los Anillos, Peter Jackson llevó a cabo la tarea de adaptar la novela a la gran pantalla en tres películas basadas en los tres libros que dividen la novela. A raíz de ese momento, si antes ya este tipo de literatura era demandada gracias a este libro, con las películas empezó el boom de la literatura fantástica, y así del cine que trata también este tema. De esta forma, la cultura de estas películas se ha puesto muy de actualidad, y como en toda cultura la lengua forma parte de ella las lenguas fantásticas han proliferado en estos tiempos, como la lengua élfica. Esta lengua se puede aprender perfectamente ya que J. R. R. Tolkien dejó bien explicada esta lengua que inventó, y además gracias a Internet podemos aprender con webs y blogs dedicados a esta lengua fantástica. Por otra parte, también existe el libro.

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