Todo
comenzó cuando...
1.1.
Historia:
Dentro
del universo ficticio
creado
por J. R. R. Tolkien
y
que aparece en novelas como El
Señor de los Anillos
o
El
Silmarillion,
existen varias lenguas élficas. Tolkien, filólogo de profesión,
dedicó numerosos años al desarrollo de estas lenguas.
También
creó
un sistema de escritura denominado tengwar
que
puede
ser
utilizado para escribir tanto para lenguas ficticias y no ficticias.
Entre
las
lenguas élficas que más desarrolló están:
El
quenya, hablado por los Altos Elfos, y su antecedente el qenya.
El
sindarin, propio de los elfos grises, y su antecedente el noldorin.
El
quenya
(pronunciado
/AFI: ['kwɛɲa]/);
también
llamado
qenya,
quendya,
alto
élfico,
alta
lengua,
lengua
antigua,
lengua
de los elfos de Valinor y otras denominaciones es, junto con el
sindarin,
el idioma más difundido y estudiado de las más de quince
ideolenguas
que,
con distintos grados de detalle, fueron inventadas por el
escritor
y
filólogo
británico
J.
R. R. Tolkien
y
usadas en su
legendarium.
El corpus de textos que constituyen las fuentes de conocimiento
actual sobre el quenya incluye el poema «Namárië»,
conocido
como
«El
lamento de Galadriel», el texto original más extenso en esta
lengua, extraído de la obra capital de Tolkien:
El
Señor de los Anillos.
Se conoce la existencia del quenya al menos desde la Primera Guerra Mundial, cuando Tolkien tenía poco más de veinte años. La lengua fue desarrollada a lo largo de toda la vida de Tolkien, alcanzando la etapa que algunos estudiosos llaman «madura» a partir de la redacción de El Señor de los Anillos.
Tolkien
quiso dar una apariencia de lengua clásica al quenya, de manera que
trató de que tuviera una semejanza visual con el
latín,
cosa que consiguió en cierto modo usando una
forma
característica
de transcribir el quenya a nuestro alfabeto. Los dos inspiradores del
quenya son pues el latín, y el
finés,
siendo posible también alguna influencia del
galés
y
del
griego,
como en el caso genitivo plural
-on
y
el nexo
nai
(‘que’),
posiblemente del griegona. Todas estas influencias no fueron en
ningún modo directas; no generaron vocabulario, por ejemplo. Más
bien
se trata de una inspiración estética muy fuerte en Tolkien,
«fonoestética»,
según el propio Tolkien.
1.2. AUTOR:
Hijo
de padres ingleses, vivió en Sudáfrica hasta la muerte de su padre
en 1896, año en que se trasladó con su familia a Inglaterra.
Estudió en Oxford, y mostró muy pronto un vivo interés por la
filología y las antiguas sagas y leyendas nórdicas. Tras participar
en la Primera Guerra Mundial enseñó primero lengua inglesa en la
Universidad de Leeds. Profesor de lengua y literatura anglosajona en
la Universidad de Oxford, se especializó en la época medieval.
Tras
publicar algunos ensayos (Sir
Gawain y El Caballero Verde,
1925; Beowulf,
1936), inició la creación de una personal mitología inspirada en
la saga artúrica y en la épica medieval anglosajona, plagada de
elementos fantásticos y de seres y mundos imaginarios. Así, la
novela El
Hobbit
(1937)
narra las vicisitudes de un pueblo apacible y sensato que vive en un
mundo llamado Tierra media, junto con elfos, duendes y magos
El
hobbit fue el punto de partida de un ambicioso ciclo épico que se
concretó en la trilogía de El
Señor de los Anillos (1954-1955).
Dirigida a un público adulto, la obra de Tolkien encontró a
mediados de la década de 1960 una gran acogida, hasta el extremo de
convertirse en libro de culto y dar lugar a un género en alza, la
«alta fantasía».
La
actividad de J. R. R. Tolkien como novelista es inseparable de la del
filólogo. Su goce intelectual por las lenguas antiguas (conocía el
griego, el anglosajón, el medio inglés, el galés, el gótico, el
finlandés, el islandés antiguo, el noruego antiguo, el alto alemán
antiguo) lo llevaba a crear sonidos y a inventar lenguajes, siguiendo
un método rigurosamente filológico
1.3.
CINE Y ACTUALIDAD:
Debido
a la fama de El
Señor de los Anillos,
Peter Jackson llevó a cabo la tarea de adaptar la novela a la gran
pantalla en tres películas basadas en los tres libros que dividen la
novela. A raíz de ese momento, si antes ya este tipo de literatura
era demandada gracias a este libro, con las películas empezó el
boom de la literatura fantástica, y así del cine que trata también
este tema. De esta forma, la cultura de estas películas se ha puesto
muy de actualidad, y como en toda cultura la lengua forma parte de
ella las lenguas fantásticas han proliferado en estos tiempos, como
la lengua élfica. Esta lengua se puede aprender perfectamente ya que
J. R. R. Tolkien dejó bien explicada esta lengua que inventó, y
además gracias a Internet podemos aprender con webs y blogs
dedicados a esta lengua fantástica. Por otra parte, también existe
el libro.
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